Cambio climático y la tecnología 

Las tecnología "verdes" que ayudan a preservar el medio ambiente

Se estima que para el año 2025 la población mundial se incrementará en 2.900 millones de personas y que para el año 2030 se requerirá un 60 % más de energía que en la actualidad. Energía que, así como va la situación, no tendremos.
Ante esto, las alternativas de ahorro energético parecen sumamente necesarias. Esta lista detalla lo último en ahorro y producción de energía alternativa para preservar el medio ambiente.
1.- Prensa digital: Las posibilidades del periódico eléctrico contribuye directamente a mitigar la contaminación, ya que sólo en Estados Unidos se venden más de 55 millones de periódicos cada día.
El periódico electrónico consiste en una pantalla flexible que se parece mucho a un periódico, pero puede ser usado a diario. La pantalla contiene millones de microcápsulas que transportan cargas eléctricas adheridas por una fina hoja metálica acerada. Cada microcápsula tiene partículas blancas y negras que son asociadas con cargas positivas o negativas.
Foto:yeux.com.mx

2.- Las Nuevas Ideas Solares: La utilización de módulos fotovoltáicos y colectores térmicos para la recolección de energía del solar en forma de fotones, ya es bastante famoso. Las nuevas investigaciones relacionadas con esta tecnología, utilizan espejos y platos parabólicos para concentrar el poder del sol, optimizando así la absorción de energía. La última innovación tecnológica asociada a la energía solar es el desarrollo de una Pintura Solar para generar electricidad.

Pintura solar para generar electricidad
foto:www.taringa.net

3.- Plantando en la azotea: Este concepto es atribuido a los jardines colgantes de Babilonia, que no tuvieron éxito en el mundo moderno, pero que ahora vuelve a tener sentido vinculado al cuidado ambiental.
Los jardines de azotea ayudan a absorber el calor, reducen el impacto de dióxido de carbono absorbiendo el CO2 , convirtiéndolo en oxigeno, absorben el agua de tormenta, reduciendo en verano el uso de acondicionadores de aire. La técnica también podría disminuir el efecto de “isla de calor” que ocurre en centros urbanos.

Foto:HelloForo.com

4.- Convirtiendo la energía termal de los océanos: El colector más grande de energía solar que se encuentra en la tierra, es el océano, que absorbe cada día suficiente energía del sol -comparable a la energía termal contenida en 250 billones de barriles de petróleo. Las tecnologías OTEC (Ocean Thermal Energy Conversion) convierten la energía termal contenida en los océanos en electricidad usando la diferencia de temperatura entre la superficie del agua, la cual es caliente, y el frío del fondo del océano.

foto:renobablesverdes,com
Las 10 cosas que Panamá puede hacer para enfrentar el Cambio Climático


El acuerdo Global de París estableció principios fundamentales que iniciarán en las próximas décadas la transición hacia sociedades de bajo consumo de carbono y quizás, en el futuro lejano, se pueda establecer un mecanismo mundial que rescate al clima de la barbarie de la civilización humana. En la Cumbre de París, Panamá propuso que la conservación de bosques tropicales fuera reconocida como una forma de mitigación del calentamiento global. Además, el país fomentó la creación de un centro regional de bosques tropicales con sede en nuestro territorio, para que sirva de punto de encuentro e institución de investigación sobre el tema forestal en los trópicos. Extrañamente, este centro se parece mucho al Centro del Agua del Trópico Húmedo de América Latina y el Caribe (CATHALAC) que ya funciona en Ciudad del Saber desde hace más de una década, y de donde provienen varios de los altos funcionarios de actual Ministerio de Ambiente. Sería fácil descartar la propuesta panameña como mediocre y minimalista. Después de todo, si lo que Panamá ofrece al mundo es conservar sus bosques, no es gran cosa lo que se aporta a la reducción mundial de gases de efecto invernadero. Panamá fue uno de los 11 países del mundo que asistió a la cumbre, sin presentar su compromiso nacional de reducción de emisiones. Sin embargo, si Panamá es consecuente con sus propuestas forestales en París, esto representaría el cambio más fundamental de la economía desde 1970. He aquí las diez cosas más importantes que Panamá puede hacer para enfrentar el cambio climático, y convertirse en un país carbono neutral, es decir, que nuestras emisiones serían iguales o menores a lo que ahorramos o evitamos que vaya a la atmósfera. 
1. Existe el eufemismo denominado “Cambio de uso de suelos”, como la fuente principal de gases de efecto invernadero en Panamá Esto se refiere a la deforestación, que no es una causa si no el efecto de las políticas de tierra y la especulación inmobiliaria en nuestro país. Actualmente, la tenencia de tierras en Panamá favorece la destrucción de bosques, ya que se otorgan títulos de propiedad sobre derechos posesorios, que luego son vendidos, provocando la presión para crear nuevos derechos posesorios para nuevas ventas. En países como Suiza y Japón las tierras agrícolas no se pueden vender para fines distintos de la producción agropecuaria. Si la tierra es tan cara que los productores de arroz deben marcharse de sus zonas de producción tradicional, porque un hotel o un proyecto de viviendas los desplaza hacia los bosques. Igual pasa a los ganaderos, que deben trasladarse a zonas remotas, para generar nuevos derechos posesorios, que a su vez serán nuevos títulos de propiedad para ser vendidos, y así, entre la ganadería extensiva y la expansión de la frontera agrícola, se tumbe el último árbol, y se transforme la cuenca del Canal de Panamá en un gran agujero seco. Lo más razonable sería declarar una moratoria de los derechos posesorios, y aprobar una nueva legislación que impida que estos derechos o sus correspondiente títulos de propiedad, puedan ser vendidos antes de cinco años, siempre y cuando se mantenga el uso agropecuario que tenía la tierra. Además los derechos posesorios deben tener la restricción de ser aplicables únicamente a la familia que viva en esa finca, y no objeto de acumulación y concentración de tierras.
 2. Prohibir la quema de los montes y regular los incendios forestales En Panamá, salvo la hacienda San Isidro, todos los ingenios azucareros queman la caña para permitir su cosecha más eficientemente. Ya existe la tecnología segura y confiable que permite substituir las quemas por otros mecanismos. Los incendios forestales son otro agravante de la contaminación ambiental, ya que son la manera más rápida de deforestar y de destruir un bosque para transformarlo en potrero, en plantación de palma aceitera o en un desarrollo urbanístico. Costa Rica resolvió esto de una forma muy sencilla, todo terreno. ncendiado pasa a ser propiedad del Estado, de esta forma se le quitan incentivos perversos a las quemas tan comunes en verano.
 3. Hay que prohibir la fumigación aérea Desde el año 2011, la Unión Europea prohibió la fumigación aérea. Panamá debería hacer algo similar. La fumigación aérea es altamente ineficiente porque los pesticidas son dispersados por el viento hacia todas partes incluyendo las viviendas humanas y los cuerpos de agua, produciendo una mortandad innecesaria de peces, aves y enfermando a la población cercana a las plantaciones fumigadas. En sitios tales como Soná, la Laguna de Matuzagarati en Darién, y en de Bocas del Toro, la fumigación ha tenido un efecto nefasto sobre la fauna y flora, y está matando a los manglares que son vitales parta salvar al mundo del cambio climático. Un manglar absorbe decenas de veces más CO2 (dióxido de carbono) que un bosque normal.
 4. Cancelar los proyectos de generación eléctrica fundamentadas en carbón mineral No tiene sentido que si el petróleo y el carbón son los principales causantes del cambio climático, el gobierno panameño esté dispuesto a aceptar proyectos de planta de carbón en Colón y en Bocas del Toro. El absurdo es tal, que los panameños subsidiaremos con cientos de millones de balboas la interconexión eléctrica con Minera Panamá, para que su planta de carbón pueda interactuar con el sistema eléctrico nacional. Mientras el mundo civilizado le apuesta a la energía solar y a la energía eólica, Panamá salta 50 años en el tiempo para buscar electricidad innecesaria en el carbón. 
5. Panamá debe ejercer su liderazgo en el sector marítimo mundial La flota mercante mundial es altamente contaminante. De los casi 50 mil barcos mercantes que navegan por los océanos del mundo, el 23% lo hacen con bandera panameña. Panamá podría proponer ante la Organización Marítima Internacional (OMI), que para el año 2030 todos los barcos mercantes del mundo, tengan motores de alta eficiencia, ya sean híbridos o de gas natural. Con esa medida el mundo se salvaría de muchos millones de toneladas de contaminación, que anualmente perjudican nuestros pulmones y nuestra piel, y causan el cambio climático.
 6. El Canal de Panamá debería cobrarles una sobre tasa a los barcos más contaminantes De esta forma se estimularía a la marina mercante mundial a cambiar sus motores, y se mejoraría la calidad del aire que respiramos los panameños. Los fondos adicionales generados por esta medida, se podrían usar para financiar las iniciativas ambientales que el país necesita empujar, o para ponerse al día. 
7. Es necesario ponerle un precio al CO2 (dióxido de carbono) que generan nuestras actividades Ya sea usando automóvil, tomando un refresco, o viajando por avión, se hace necesario visibilizar el carbono liberado a la atmósfera. Al principio se le podría poner un precio nominal de un balboa la tonelada para aumentarlos periódicamente, de manera que en 20 años, no sea rentable emitir carbono sin compensación ambiental que lo neutralice. 
8. Necesitamos investigadores y científicos ambientales Panamá tiene que formar más y mejores científicos en toda la gama de disciplinas ambientales. No se puede dar la transformación del modelo económico, sin los ingenieros, biólogos, médicos y otros especialistas de temas ambientales, que puedan cambiar las estructuras de conocimiento del país. Además, se necesita financiar buenos laboratorios, y contar con fondos para auspiciar los proyectos de innovación, que ayudarán al país a superar la crisis ambiental. 
9. Cambiar el sistema de evaluación de Impacto Ambiental En la actualidad, el sistema de evaluación de Impacto Ambiental en Panamá, está cargado de conflicto de intereses. La empresa interesada en desarrollar el proyecto es la misma entidad que le paga a los consultores ambientales, que deben preparar el estudio que será evaluado por las autoridades. A pesar de una legislación penal robusta, los consultores ambientales no tienen incentivos para recomendar que se cancele un proyecto que es dañino para el país. Los funcionarios públicos que deben evaluar los gigantescos informes de los estudios ambientales no tienen tiempo ni los recursos para hacer un análisis profundo y concreto de las consecuencias ambientales de los proyectos estudiados. El sistema se podría cambiar haciendo que los consultores ambientales sean pagados por el Estado, por lo que sus análisis no serían sufragados por un inversionista privado. Se establecería una tarifa fija para cada tipo de proyecto, y de acuerdo con los análisis, estudios y consultas necesarias. Las autoridades del Estado le dirían al promotor el costo de su evaluación, luego de lo cual se pagaría el estudio con una finalidad más orientada hacia los intereses públicos que hacia los beneficios privados, de esta forma se evitan una gran cantidad de estudios mediocres y de conflicto de intereses.
 10. La educación ambiental debe ser una materia obligatoria de todos los grados, de todos los años, y de todas las carreras El analfabetismo ecológico, es decir el desconocimiento de los procesos fundamentales del ambiente y de los ecosistemas, se constituyen en una de las principales barreras para enfrentar los problemas ambientales de nuestro país. Si no entendemos un problema, es muy difícil que podamos solucionarlo. Las políticas públicas siguen ancladas en el modelo del desarrollo sin límite. Seguimos sin entender que lo que está en juego es el futuro de la especie humana. Ese es el problema que hay que resolver: la extinción masiva de la vida en el planeta, incluyendo nuestra vida.

Panamá ante el cambio climático 


Esta es la hora del cuidado y protección del medio ambiente, de la energía limpia y de aportar hacia la sostenibilidad. Por eso la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) creó en enero del año pasado la Secretaría de Gestión Ambiental y Sostenibilidad para asesorar a los miembros del sector y fomentar una cultura de sostenibilidad en sus acciones constructivas.

En lo que corresponde a la adaptación al cambio climático y la administración del recurso hídrico en el país, el gremio está liderando un debate nacional sobre este tema de tanta urgencia.
La demanda de agua para la producción agrícola, industrial y el consumo humano, además de las necesidades energéticas y para la navegación, cuando entre en operaciones el Canal ampliado, exigen mayor conciencia sobre la futura gestión de tan vital elemento, a fin de no entrar en un ciclo de crisis hídrica.
La Capac está comprometida con el Plan Nacional de Seguridad Hídrica 2015-2050 y lo respalda plenamente, pero se requieren más acciones reales y efectivas del Estado para garantizar el agua necesaria para el desarrollo sostenible del país.
También apoya la iniciativa de la Autoridad del Canal de Panamá para analizar las cuencas, entre otros, de los ríos Indio, Coclé del Norte, Caño Sucio y Caimito, con miras a convertir los lagos Alajuela y Gatún en una especie de banco de agua.
Así como las políticas públicas son fundamentales para la superación de los graves desajustes económicos y sociales, también lo son para enfrentar los problemas ambientales con la modificación paulatina del modelo productivo hacia patrones sostenibles.
Conscientes de esta realidad, el sector de la construcción está haciendo un esfuerzo consistente para darle sostenibilidad a sus acciones constructivas, pero se enfrenta, al mismo tiempo, a una excesiva burocracia en los procedimientos y trámites que anteceden al inicio de cada obra y su ocupación que, como ha sido demostrado, es un factor que incide en los altos costos de construcción afectando la capacidad adquisitiva de los compradores y, en consecuencia, al mercado inmobiliario.
Destinar mayores esfuerzos para desburocratizar los trámites y plazos relacionados con la construcción, es uno de los principales desafíos que debe encarar el sector público conjuntamente con los gremios vinculados a la actividad.
El sector privado nacional, y en particular la industria de la construcción, juegan un papel como motor de desarrollo, con su potencial multiplicador en la economía nacional. Por tanto puede aportar con todas sus capacidades y con su firme voluntad para respaldar acciones del sector público en soluciones de viviendas, en darle coherencia a las asociaciones público-privadas y otras iniciativas en las que ha demostrado su eficiencia.
Al mismo tiempo, la Capac considera que el Gobierno puede contribuir con los aspectos arancelarios y promover incentivos económicos hacia prácticas industriales innovadoras y fuentes de energía más limpias.
Hay tecnologías que pueden estar exentas del pago de impuestos, como ya es el caso de los autos híbridos, haciéndolo extensivo, por ejemplo, a los sistemas de iluminación y de aire acondicionados de alta eficiencia, grifería para uso eficiente de agua, a fin de que la medida incida en la decisión de empresarios y ciudadanos de implementar el ahorro de energía por su efecto positivo en la adaptación al cambio climático. Todo eso contribuirá a generar conciencia e innovar en materiales, tecnologías y métodos y mejorar la recolección de datos y el desarrollo de indicadores más precisos.
El cambio climático es un hecho y hay que adaptarse a ese fenómeno en una alianza entre el Gobierno, el sector privado y la ciudadanía en su conjunto, que jerarquice el tema como una política de Estado y que se defina claramente qué es lo va a hacer Panamá.
Para enfrentar este evento, cuyo alcance es global e incide claramente en el país, las empresas miembros de la Capac se han impuesto como objetivo la modificación paulatina de sus métodos constructivos, orientándolos hacia patrones de sostenibilidad.
Ese es uno de sus principales aportes en el proceso de adaptación a los efectos del cambio climático y a la mejor administración y gestión de un recurso tan vital como el agua, una causa que debe involucrar a todos los panameños y abrazarla conscientes de que de ella depende la vida y el desarrollo integral como país.

Tecnología para cuidar el medio ambiente

La responsabilidad de la tecnología en el cuidado de la naturaleza no es menor y esto se ve reflejado en la tendencia a aprovechar sus instrumentos para evitar el agotamiento de los recursos naturales.
La principal finalidad de las tecnologías es transformar el entorno humano para adaptarlo mejor a las necesidades y deseos del hombre. En ese proceso se usan recursos naturales y personas que proveen la información, mano de obra y mercado para las actividades tecnológicas.

Durante muchos años las necesidades industriales y tecnológicas se han satisfecho sin prestar atención a los posibles daños causados al medioambiente. Sin embargo, hoy se conocen esos perjuicios y ya se están dando los primeros pasos para revertirlos.
Las actividades humanas, desde la obtención de una materia prima, hasta el desecho de los residuos generados tras la obtención de un producto tecnológico, puede tener graves consecuencias para la conservación del medioambiente. Algunos ejemplos son la desertización, el impacto medioambiental de la tecnología, la contaminación producida en el tratamiento de muchas materias primas y los residuos generados por las actividades industriales.
Es en este marco que aparecen las Tecnologías Verdes o Green IT. Las mismas se refieren al uso eficiente de los recursos computacionales minimizando el impacto ambiental, maximizando su viabilidad económica y asegurando deberes sociales. No sólo identifica a las principales tecnologías consumidoras de energía y productores de desperdicios ambientales sino que ofrece el desarrollo de productos informáticos ecológicos y promueve el reciclaje computacional.
Las tecnologías de la información y de la comunicación son hoy una pieza fundamental en la lucha contra el cambio climático y la sustentabilidad del planeta. La extensión de sus tecnologías influye y transforma el modo de funcionamiento de la sociedad en su conjunto, los hábitos de trabajo, las relaciones sociales y facilitan la reducción del consumo desmesurado de materias primas y energía.

Cerca del agotamiento

Los recursos naturales disponibles son mas cada vez mas escasos y las herramientas tecnológicas juegan un rol fundamental para un mejor y mayor aprovechamiento de los mismos.

Las alternativas desarrolladas

Un ejemplo de la acción desarrollada desde la entidad estatal es el impulso a la compra de lámparas de bajo consumo. “Teniendo en cuenta el ciclo de vida las bombitas de luz, la bajo consumo termina costando lo mismo o menos que la tradicional”.


foto: www.bombillasbajoconsumo.com



¿Qué es el cambio climático y cómo nos afecta?
El estudio del clima es un campo de investigación complejo y en rápida evolución, debido a la gran cantidad de factores que intervienen. El clima de la Tierra nunca ha sido estático. Como consecuencia de alteraciones en el balance energético, está sometido a variaciones en todas las escalas temporales, desde decenios a miles y millones de años. Entre las variaciones climáticas más destacables que se han producido a lo largo de la historia de la Tierra, figura el ciclo de unos 100.000 años, de períodos glaciares, seguido de períodos interglaciares.

Se llama cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Es debido a causas naturales y también a la acción del hombre y se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc. El término "efecto de invernadero" se refiere es la retención del calor del Sol en la atmósfera de la Tierra por parte de una capa de gases en la atmósfera. Sin ellos la vida tal como la conocemos no sería posible, ya que el planeta sería demasiado frío.  Entre estos gases se encuentran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano, que son liberados por la industria, la agricultura y la combustión de combustibles fósiles.  El mundo industrializado ha conseguido que la concentración de estos gases haya aumentado un 30% desde el siglo pasado, cuando, sin la actuación humana, la naturaleza se encargaba de equilibrar las emisiones.
En la actualidad existe un consenso científico, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impacto tanto sobre la tierra como sobre los sistemas socio económicos.


El cambio climático nos afecta a todos. El impacto potencial es enorme, con predicciones de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. En definitiva, el cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales. Los países más pobres, que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán las peores consecuencias.
Se predice la extinción de animales y plantas, ya que los hábitats cambiarán tan rápido que muchas especies no se podrán adaptar a tiempo. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua. España, por su situación geográfica y características socio económicas, es muy vulnerable al cambio climático.
En consecuencia, aunque existen incertidumbres que no permiten cuantificar con la suficiente precisión los cambios del clima previstos, la información validada hasta ahora es suficiente para tomar medidas de forma inmediata, de acuerdo al denominado "principio de precaución" al que hace referencia el Artículo 3 de la Convención Marco sobre Cambio Climático. La inercia, los retrasos y la irreversibilidad del sistema climático son factores muy importantes a tener en cuenta y, cuanto más se tarde en tomar esas medidas, los efectos del incremento de las concentraciones de los gases de efecto invernadero serán menos reversibles.

Foto: adsis.org